En un mundo en el que la velocidad es tal que las cosas se vuelven anticuadas rápidamente, resulta especialmente interesante identificar modelos, principios o herramientas que fueron descritos o propuestos hace muchos años. La jerarquía de necesidades de Maslow es una teoría motivacional, formulada por el psicólogo Abraham H. Maslow en un escueto librito de unas 20 páginas, titulado A Theory of Human Motivation, publicado en 1943. Su teoría, que se representa normalmente como una pirámide con cinco niveles ha cumplido, pues, 78 años y su popularidad no ha hecho sino crecer.
Personalmente he utilizado en distintas ocasiones el poder metafórico de la pirámide de Maslow en sesiones de trabajo, siempre con resultados interesantes. No obstante, tratar recientemente el tema de argumento de autoridad me hizo recapacitar sobre si yo mismo he venido utilizando a Maslow de forma incorrecta, es decir, apelando a su autoridad. Sea como fuere, me propuse indagar más sobre la teoría de Maslow yendo a las fuentes. Adquirí el libro por poco más de 3 euros y lo leí con toda la atención, algo que me sirvió para entender mejor el mensaje subyacente de la jerarquía de necesidades.
Desde entonces, he validado algunas de las aportaciones o enseñanzas extraídas de Maslow. Son personales, las utilizo para mí sin más pretensiones, me sirven y punto. Tal vez al compartirlas le sirvan a alguien más, aunque no me lo planteo como objetivo.
La primera sorpresa nada más empezar la lectura del libro es la siguiente afirmación: La integridad del organismo (humano) es una de las piedras fundacionales de la teoría de la motivación, lo que resulta particularmente relevante si tenemos en cuenta que la escala de necesidadades tiene niveles fisiológicos, psicológicos y trascendentes.
Asimismo, destaca que la escala de necesidades sigue una secuencia clara: si una necesidad no está satisfecha, el ser humano no se plantea las siguientes. Es una cuestión de prioridades, como veremos pronto.
1. Necesidades fisiológicas. Lo primero es lo primero.
Dice Maslow que la aparición de una necesidad normalmente se apoya en la previa satisfacción de otra necesidad de mayor prioridad.
Y como por algún sitio hay que empezar, la base de la pirámide o el primer peldaño de la escala lo constituyen los impulsos fisiológicos; el conjunto de necesidades que tienen que ver con lo que Maslow recoge como el concepto de homeostasis, entendida como el equilibrio de componentes en la sangre; sal, agua, azúcar, grasa, proteína, calcio, oxígeno, iones de hidrógeno, otros minerales, hormonas y vitaminas, así como la temperatura.
Cualquier desequilibrio homeostático hará que el organismo active las alertas fisiológicas de necesidad de algo y procure satisfacerlas. Es evidente que el restablecimiento del equilibrio de esos componentes de la sangre se produce a través de la alimentación, de forma que las carencias extremas, no satisfechas, producen el hambre, según Maslow, “si todas las necesidades están insatisfechas y el organismo está dominado por las necesidades fisiológicas, entonces puede resumirse en que el organismo tiene hambre.”, por lo que el hambre se apropia casi por completo de la conciencia y todo deseo, excepto saciar el hambre, desaparece o pasa a un segundo plano. “Escribir poesía, desear un coche nuevo, estudiar Historia…” no tienen cabida si el estómago se retuerce de dolor por falta de alimentos.
Así pues, el hambre es la necesidad fisiológica por antonomasia, aunque hay otras: la sed, necesidad de descanso o no pasar frio.
2. Necesidades de seguridad y protección
Si las necesidades fisiológicas están razonablemente satisfechas, entonces surge un nuevo conjunto de necesidades, que pueden categorizarse como necesidades de seguridad.
Y, de nuevo, si la seguridad no está resuelta, el organismo se sentirá dominado por esa búsqueda de la seguridad, diluyendo cualquier otra necesidad, condicionando decisivamente la visión actual del mundo y del futuro.
Para Maslow, las necesidades de seguridad y protección son el siguiente nivel. Las personas quieren sentir orden, control y previsibilidad en sus vidas. La seguridad física, la ausencia de miedo, la estabilidad, la salud y también la estabilidad financiera, son aspectos característicos de este nivel.
Sentirse seguro en la vida es una necesidad puede afectar a su calidad de vida y a la percepción del mundo y esta necesidad es particularmente importante en la infancia, en la medida en que los niños no se valen por sí mismos. Una infancia sin seguridad y protección afectará decisivamente en la construcción de la personalidad del individuo.
Las personas que arriesgan sus vidas cruzando en el Estrecho de Gibraltar, las aguas que separan África de las Islas Canarias, en frágiles embarcaciones, dejando cientos de víctimas año tras año, lo hacen porque las necesidades fisiológicas prevalecen sobre la seguridad.
Las personas que arriesgan sus vidas cruzando en el Estrecho de Gibraltar, las aguas que separan África de las Islas Canarias, en frágiles embarcaciones, dejando cientos de víctimas año tras año, lo hacen porque las necesidades fisiológicas prevalecen sobre la seguridad.
3. Necesidades de amor, afecto y pertenencia.
Con las necesidades fisiológicas y seguridad satisfechas se produce un salto cualitativo en la escala, pasando de necesidades primarias o básicas a las psicológicas. Resulta ahora que el “hambre” es de otro tipo, no del alimento físico, sino de amistad, de pertenencia a un grupo, de un lugar en un colectivo y el individual, la persona, se esforzará para lograr ese objetivo más que cualquier otra cosa, olvidando que una vez, “cuando tenía hambre, se burló del amor”. Cuestión de prioridades.
Según Maslow “En nuestra sociedad (la de 1943), frustrar estas necesidades es el núcleo más común en los casos de inadaptación y psicopatología más grave. Amor y cariño, así como su posible expresión en la sexualidad, generalmente se miran con ambivalencia y son habitualmente protegidos con muchas restricciones e inhibiciones. Prácticamente todos los teóricos de la psicopatología han enfatizado en la frustración de las necesidades amorosas como básica en el cuadro de desequilibrios”. Casi 80 años después, estas consideraciones requieren una reformulación; las necesidades psicológicas son más subjetivas que las básicas.
4. Necesidades de estima y reconocimiento.
Todos tenemos la necesidad de ser valorados positivamente por los demás, de ser respetados y de que nuestros logros sean reconocidos, lo que se complementa con la propia autoestima, cuidando que esté sustentada en capacidad real, no en una sobrevaloración que sería contraproducente.
La satisfacción de la necesidad de autoestima conduce a sentimientos de autoconfianza, valía, fuerza, capacidad y sensación de ser útiles y necesarios en el mundo. Por el contrario, si se frustran estas necesidades se generan sentimientos de inferioridad, debilidad e impotencia.
Claro que la necesidad de reconocimiento puede colisionar con un ego desmedido, en el que cualquier reconocimiento será insuficiente, porque la persona con ese ego desmedido cree que aún se merece más, con lo que el valor del reconocimiento se reduce y su efecto llegará a ser perjudicial, sin permitir “disfrutar” de esa necesidad vital satisfecha.
5. Necesidades de auto-realización
Las necesidades de auto-realización son el nivel más alto en la jerarquía de Maslow y se refieren a la consecución del máximo potencial de una persona, la búsqueda del crecimiento personal y las experiencias más completas. Maslow (1943) describe este nivel como el deseo de lograr todo lo que es posible, de convertirse en lo mejor que puede ser, “la mejor versión de la persona”.
Los individuos pueden percibir o enfocarse en esta necesidad de manera específica, singular, personal. Si las necesidades básicas resultan poco matizables (el hambre, es el hambre), la auto-realización aporta una mayor flexibilidad y proporciona un margen personal debido al valor que cada persona da a las cosas. La auto-realización puede expresarse por diferentes vías. Lo que motiva a una persona puede ser indiferente para otra: el éxito económico, deportivo, artístico, social o cultural pueden ser canales válidos para la auto-realización.
6. Revisión de la teoría de Maslow.
No he encontrado la palabra “pirámide” en el trabajo de Maslow, al menos en la versión original de 1943, así que no podemos responsabilizarle de la simplificación que la pirámide conlleva. Él habla de jerarquías de necesidades.
Maslow creó su modelo basándose en el estudio de las biografías de personajes relevantes que habían llegado a ese nivel de la auto-realización en la jerarquía de necesidades. Claro que hay un sesgo inherente a la obtención de conclusiones universales a partir de un limitado número de casos.
Unos 60 años después de la publicación de la primera versión del libro de Maslow, se llevó a cabo un amplio estudio dirigido por el psicólogo Ed Diener, de la Universidad de Illinois, mediante una encuesta Gallup realizada a 60.865 persona en 135 países, entre los años 2005 y 2010, ha sido el mayor esfuerzo tendente a verificar la validez de la teoría de la jerarquía de necesidades. La encuesta Gallup incluía preguntas sobre alimentos, vivienda, dinero, seguridad, apoyo social, el sentirse respetado, el ser autorrealizado, las emociones positivas o negativas, etc.
Los resultados del estudio apoyan que las necesidades humanas universales parecen existir independientemente de las diferencias culturales. Sin embargo, no parece acreditado que el orden las necesidades dentro de la jerarquía sea el definido por Maslow.
La auto-realización es la única necesidad que conforme es satisfecha incrementa la motivación para continuar, en tanto que en las necesidades del resto de la jerarquía (de tipo deficitario) la motivación decrece a medida que se van viendo satisfechas.
La auto-realización es la única necesidad que conforme es satisfecha incrementa la motivación para continuar, en tanto que en las necesidades del resto de la jerarquía (de tipo deficitario) la motivación decrece a medida que se van viendo satisfechas.
Asimismo se concluye que al examinar grupos culturales en los que un gran número de personas viven en la pobreza (como es el caso de la India), queda claro que las personas todavía son capaces de satisfacer necesidades de orden superior, como el amor y la pertenencia, según Maslow, esto no debería ocurrir, ya que las personas que tienen dificultades para lograr necesidades fisiológicas muy básicas (como comida, refugio, etc.) no son capaces de satisfacer las necesidades de mayor rango en la jerarquía.
Asunto complejo pues no es lo mismo el hambre radical, cuando la supervivencia está en juego, que la pobreza que permite una alimentación básica y unas viviendas asimismo humildes, pero que conforman hogares.
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